Las imágenes del horror

Soledad Gallego-Díaz pontificaba el viernes 11 de marzo en El País sobre los límites de la exhibición del horror en general y sostenía que hay que seguir mostrando determinadas imágenes, como en el caso de Auschwitz. Ha olvidado sin duda que las fotografías y documentales de los campos fueron censuradas durante años para todo el público, tanto en Europa como por supuesto en Estados Unidos. Es a partir de los años 60 del pasado siglo, cuando empiezan a mostrarse esos testimonios, vedados hasta entonces por un sentido del pudor pacato y conservador. Aunque eso coincide con un fenómeno que tengo aún poco leído acerca del aumento de las imágenes crudas y el realismo desde el cine hasta la televisión, convirtiendo al espectador en testigo cada vez más insensible.

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