Un haiku

El otro día, en el lecho, se me ocurrió un haiku. Y ¿qué? diréis. Pues que se me está pegando la poesía o el estro vuestro, que decía Muñoz Seca. De Japón, henos de haiku:
Convérsame. Hazme tu palabra.
El mérito, pues, no es tanto mío como de la ósmosis que se produce entre dos lechohabientes.

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