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Mostrando entradas de septiembre, 2005

Aniversario

Hoy hace dos años que empecé con esta extraña aventura. Qué profético resulta leído ahora eso de “Cambios…” Pero no es verdad. Está escrito con la suficiente ambigüedad como para que resulte profético. Yo no sabía entonces dónde iba con esto. Y la verdad es que sigo sin saberlo. Pero sí sé dónde no voy. Y sé cuánto estoy aprendiendo al hacerlo. Y hasta aquí, fin del aniversario. Estoy esperando a que alguien escriba algo en los periódicos que leo sobre la comprobación de la virginidad de la esposa de un artista flamenco, condenado por atropellar mortalmente a un hombre en Sevilla, llamado Farruquito. No sé porqué me da que nadie lo hará. Y, francamente, me parece denigrante, para cualquier mujer, someterse a esa humillación. Por no hablar de lo estúpido que resulta depositar el honor en una membrana. Como dice el maestro, mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado.

Miscelánea interesada

A lo largo de la semana se me han ido quedando, como tiritas que no terminas de quitarte de entre los dedos, direcciones y descubrimientos de muy variado pelaje. Así que, más que un análisis, hago una síntesis. El juego de palabras es pésimo, pero qué queréis, no tengo más que dos manos. En las últimas semanas, Google ha empezado a sustituir de forma gradual a Microsoft en los odios de la comunidad informática. No llega, claro al nivel de paranoia antigates pero en los próximos años ésa será la tónica. De momento, vía Enrique Dans, la gente se lo toma con humor. Vale la pena leer atentamente la noticia, en broma, por supuesto. Otro enlace, muy especial, es para aquellos que hace muchos, muchos años, en una lejana galaxia, se curraban los pokes, ajustaban su vida a unos míseros 48 k y temían al tape loading error. Va por vosotros. Y gracias a Microsiervos, fuente original. Y, por último, uno en serio. Sólo unos minutos para leer esta pequeña biografía de Simon Wiesenthal. Puede

La sequía: ¿y a mí qué me cuentan?

Hace unos años, a poco de comenzar las campañas municipales para separar la basura y facilitar el reciclado, una conversación con mi amigo Sevi me abrió los ojos respecto a las bondades, beneficios y verdades del barquero de la gestión de la basura doméstica. Asunto éste que da para hablar bastante, pero otro día. No me llamo a engaño respecto a lo que puede esperarse de la Administración, sea mucha o poca, pero con lo de la sequía la tomadura de pelo va camino de ser antológica. Nos toca ahorrar agua, dicen. ¿Y a mí qué me cuentan? ¿Doy yo las licencias para construir campos de golf? ¿Gestiono yo una red de distribución de agua que pierde por las tuberías millones de litros? ¿Acaso permito que las obras de Alberto Ruiz Socavón consuman agua potable sin control? ¿Soy yo quien autoriza la presencia de céspedes y praderas del norte húmedo en dehesas mediterráneas? No. Ni yo ni los ciudadanos normales a los que ahora se traspasa la responsabilidad de consumir agua de una forma moderad

Mundos paralelos

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Estuvimos viendo El secreto de los hermanos Grimm y no tengo una opinión muy formada, aunque acepto bastantes de estos comentarios. No entré del todo en la película por diversas circunstancias –la hora, el público, las palomitas…-, así que no puedo decantarme. Pero era Terry Gilliam y tiene momentos asaz malvados. Pero lo que recuerdo de esa tarde no tiene mucho que ver con el cine. ¿A que es alucinante? A veces el metro tiene estas cosas: diseños dispares pero coincidentes, una mano que los une… Ahora que lo pienso, esta pegatina es muy Gilliam. Muy de un mundo paralelo.

No es por fastidiar

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Tentación he tenido de utilizar otro verbo más sonoro :-) para titular. En su segunda acepción. Pero al final me he decidido por la suavidad. Además de lo dicho aqui, todo lo que está rodeando al huracán Katrina me mueve a alguna reflexión. No es por jorobar, pero mientras año tras año las autoridades cubanas hacen muy bien en sentirse orgullosos de cómo han sobrevivido a una nueva temporada de huracanes, en Estados Unidos se acumulan pérdidas y la sensación de que es inevitable. Como sucede con las gotas frías por estos pagos, da la impresión de que en el primer mundo sabemos cómo afrontar las crisis y nuestras respuestas son inmediatas, pero siempre que «ya ha sucedido el acontecimiento». En el tercero o el cuarto mundos ni se reacciona antes ni después: no pueden. ¿En qué mundo está Cuba situada cuando son capaces de reaccionar antes de que se produzca la catástrofe y también después?