Aniversario

Hoy hace dos años que empecé con esta extraña aventura. Qué profético resulta leído ahora eso de “Cambios…” Pero no es verdad. Está escrito con la suficiente ambigüedad como para que resulte profético. Yo no sabía entonces dónde iba con esto. Y la verdad es que sigo sin saberlo. Pero sí sé dónde no voy. Y sé cuánto estoy aprendiendo al hacerlo. Y hasta aquí, fin del aniversario.
Estoy esperando a que alguien escriba algo en los periódicos que leo sobre la comprobación de la virginidad de la esposa de un artista flamenco, condenado por atropellar mortalmente a un hombre en Sevilla, llamado Farruquito. No sé porqué me da que nadie lo hará. Y, francamente, me parece denigrante, para cualquier mujer, someterse a esa humillación. Por no hablar de lo estúpido que resulta depositar el honor en una membrana. Como dice el maestro, mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado.

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