La sequía: ¿y a mí qué me cuentan?

Hace unos años, a poco de comenzar las campañas municipales para separar la basura y facilitar el reciclado, una conversación con mi amigo Sevi me abrió los ojos respecto a las bondades, beneficios y verdades del barquero de la gestión de la basura doméstica.
Asunto éste que da para hablar bastante, pero otro día. No me llamo a engaño respecto a lo que puede esperarse de la Administración, sea mucha o poca, pero con lo de la sequía la tomadura de pelo va camino de ser antológica. Nos toca ahorrar agua, dicen.
¿Y a mí qué me cuentan? ¿Doy yo las licencias para construir campos de golf? ¿Gestiono yo una red de distribución de agua que pierde por las tuberías millones de litros? ¿Acaso permito que las obras de Alberto Ruiz Socavón consuman agua potable sin control? ¿Soy yo quien autoriza la presencia de céspedes y praderas del norte húmedo en dehesas mediterráneas?
No. Ni yo ni los ciudadanos normales a los que ahora se traspasa la responsabilidad de consumir agua de una forma moderada. Pues no me da la gana. No pienso sentirme culpable por disfrutar de la ducha o no cerrar el grifo casi al instante mientras me lavo.
Esta vez, que ahorren ellos, y lo digo en serio.
Y escribiendo esto descubro que encima, se tira el dinero en La Otra, un nuevo canal autonómico tan inane y absurdo como Telemadrid, que padecemos desde hace veinte años.

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