Hasta siempre, Judith


Judith ya no está con nostros. Hace unas horas que Lubulú se ha marchado. En silencio y sin sufrimiento, se ha ido quedando dormida entre las manos de Joëlle, con Bea y yo de testigos silenciosos y doloridos.
Adiós, petit Lubu, descansa en paz.

Technorati:

Comentarios

Entradas populares de este blog

El vertedero, de Djuna Barnes

La función de la crítica, de Terry Eagleton

El dinosaurio anotado, de Lauro Zavala