¿Qué es un amigo online?

Las propias redes sociales, y aquellos de nosotros que pasamos mucho tiempo allí, todavía estamos tratando de averiguar qué significa ser un amigo con alguien online. Por una parte, es una amistad con beneficios -se obtiene un flujo de información acerca de la persona-, pero también tiene costes (lo que hay que bucear a través de un flujo de información sobre la persona, y tener acceso a sus detalles íntimos).
Facebook, en particular, ha luchado con esto. Al principio abogaba porque sólo admitieras a los usuarios online con los que ya conocías en el mundo offline. Sin embargo, ese mensaje ha cambiado hace poco sutilmente a una posición menos rigurosa.
Está claro que cuantos más amigos tienes en cualquier servicio, más ruido encuentras antes de encontrar la buena señal. En el mundo real si no quieres ser amigo de alguien, se acaba por encontrar la manera de no pasar tiempo con ellos. Sin embargo, online, hacemos clic en el botón de aceptar la amistad porque parece muy fácil y se considera un insulto si no lo haces. Y, a continuación, lo pagas.
Las redes sociales están adoptando dos enfoques para tratar con esto. MySpace y Facebook (y los servicios similares) han añadido diferentes cubos para echar en ellos a los amigos. Se puede compartir más o menos información con los diferentes grupos de amigos. Así que si no eres realmente amigo de alguien pero no quieres rechazar su solicitud de amistad, puedes tirar en el cubo de la masa de ropa sucia (o como quieras llamarlo).
El otro enfoque es el adoptado por sitios como Twitter y Friendfeed. Cualquier persona puede seguir a cualquier persona y ver lo que pasa con ellos, pero no están bajo la presión de tener que corresponder. El problema con este enfoque es que todavía existe mucha presión social para devolver las solicitudes de seguimiento. En agosto, se me ocurrió sugerir que debería existir un modo de seguir “falsamente” a cualquiera. Ahora, Friendfeed tiene una característica que permite precisamente eso.
Pero echar al cubo a los amigos es solo una manera de solucionar el problema. Y la gestión de la evolución de las relaciones que tenemos con cientos o miles de personas a través de múltiples sitios es un verdadero desperdicio de tiempo. En el futuro, estos servicios deben ser capaces de hacer un trabajo mucho mejor para averiguar, a través de nuestros gestos, quién está realmente cerca de mi y quién no. También podrían definir una relación con alguien que no conozco sobre la base de si tenemos o no amigos en común. Por lo tanto, incluso si no hay ninguna interacción, Facebook y MySpace (o cualquier otro servicio) puede teóricamente tener una idea de cuánta información personal podemos compartir entre nosotros.
En última instancia sin embargo, nuestra cultura apenas se está adaptando al mismo tiempo que lo hacen las redes sociales. Mark Zuckerberg de Facebook ha dicho que los usuarios se encuentran cada vez más cómodos compartiendo online. A veces (vale, a menudo) Facebook se pasa más de la cuenta cuando se trata de decidir en mi nombre lo que se comparte y lo que no. Hacen apuestas agresivas donde de momento se está evolucionando. Y a veces las pierden (aunque no siempre).
Sin embargo, donde son correctos es en que no hay una línea clara entre lo bueno y lo malo en lo que se refiere a la definición de amistad online. Los algoritmos y los humanos se encontrarán en algún lugar del medio.
Traducción libre de un post de Michael Arrington en TechCrunch.

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