Tirando piedras a los patos, de Carmen Alonso

Este post está dedicado a la memoria de Pepe Rubianes, fallecido el domingo, a quien la ironía de dedicarle un texto ambientado en Toledo -a veces crisol de las esencias más rancias de la peor España-, no hubiera pasado desapercibida. Tuve la fortuna de saludarlo mientras entrevistaba a otro Pepe, Martín, miembro como Rubianes de una generación extraordinaria de actores catalanes. Descanse en paz en el paraíso de los transgresores.
El viernes, la osita y yo estuvimos en Toledo atendiendo con una buena amiga a la presentación en sociedad de Tirando piedras a los patos, de Carmen Alonso en la sala Capitular del Ayuntamiento de Toledo con el concejal de Cultura y la escritora Magdalena Tirado, responsable en buena medida del salto a la literatura de Carmen.
Autora de un par de libros técnicos, esta es la primera obra de ficción de Carmen Alonso, que se publica en la editorial @bcedario. Se trata de un relato en primera persona, secuencial y un poco acelerado, de un adolescente que vive en Toledo sus primeros amores y desgracias. Más que novela corta o cuento largo, que de ambas formas lo juzgaron sus presentadores -alguno con un exceso de celo un poco fuera de lugar-, estas piedras son un buen esbozo de lo que podría ser un gran relato, aunque con el eco inevitable de El guardián entre el centeno flotando a lo largo del texto.
Lo pasamos bien, descubrimos un lugar muy interesante, hablamos de fotografía y de una institución que no conocía y, 25 años después de mi último paseo por Toledo de noche, comprobé que la ciudad sigue siendo tan mágica como siempre.

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