Los cambios de Patxi López

Y a mí que me gusta este hombre. No sólo porque confiesa ser rockero de los de los 60 del siglo pasado, antes de que la música muriese con Stravinsky y con Pink Floyd, que diría aquél. También me gusta por entender un poco de qué va internet y tener un espacio como este y por transmitir cierto entusiasmo y respeto poco habitual en los políticos profesionales.
Pero esto ya es el remate. Hoy, durante su toma de posesión, ha leído dos poemas. Uno en euskera de Kirmen Uribe titulado Maiatzan y otro de Wisława Szymborska, Nada dos veces. Es un poema un poco antiguo, pero sólo con saber que lee a esta extraordinaria poeta polaca me basta para añadir a este nuevo lehendakari a mi panteón de personas respetables.
Nada dos veces
Nada sucede dos veces
ni va a suceder, por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos.

En esta escuela del mundo
ni siendo malos alumnos
repetiremos un año,
un invierno, un verano.

No es el mismo ningún día,
no hay dos noches parecidas,
igual mirada en los ojos,
dos besos que se repitan.

Ayer mientras que tu nombre
en voz alta pronunciaban
sentí como si una rosa
cayera por la ventana.

Ahora que estamos juntos,
vuelvo la cara hacia el muro.
¿Rosa? ¿Cómo es la rosa?
¿Como una flor o una piedra?

Dime por qué, mala hora,
con miedo inútil te mezclas.
Eres y por eso pasas.
Pasas, por eso eres bella.


Medio abrazados, sonrientes,
buscaremos la cordura,
aun siendo tan diferentes
cual dos gotas de agua pura.

Wisława Szymborska

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