El vertedero, de Djuna Barnes

Creo que fue hace varios años, en una entrevista con Pedro Almodóvar, de dónde saqué el nombre de Djuna Barnes. Creo recordar que el director la mencionaba a cuenta de sus gustos literarios y me propuse comprobar quién era. El orden de los factores lectores no altera el producto, pero sí su tiempo y ahora le ha tocado el turno a esta peculiar mujer, de quien sólo he podido disponer de esta colección de relatos.
El vertedero está compuesto por nueve cuentos muy bien escritos -atención, alumnos de talleres de literatura- con una rara e inquietante atmósfera. No porque sean de terror ni mucho menos, sino por lo enfermizo y extraño de sus personajes. Todos ellos parece que salen de una burguesía decadente y como muerta en vida y protagonizan sucesos normales pero con un punto de extravagancia, como si fuesen transparentes, fantasmales en su realidad.
También las relaciones que describe Barnes entre las personas son extrañas, anómalas, aunque no me atrevería a decir porqué. Algunos de los relatos -se leen muy rápido- son como una tormenta fugaz pero intensa, una de esas tormentas de mucho aparato y violencia que descarga fuego y desaparece como si nada hubiera sucedido. En alguno me ha quedado la impresión de que existía algo hasta malsano, como en un cuento de Lovecraft aunque sin monstruos. De hecho, el cuento Los médicos da bastante miedo.
Djuna Barnes posee una gran fuerza en sus imágenes y en su prosa, precisa pero deliberadamente retorcida, lo que se puede comprobar en el relato El conejo, que es excelente, por su clímax y su rara perfección. Leyendo a Djuna Barnes no he podido saber porqué le gusta a Almodóvar, pero sí sé porqué me gusta a mí.

Technorati:

Comentarios

  1. Me ha encantado lo que has escrito. No logro dar con el libro, no lo consigo en ninguna librería, ¿no tendrás idea dónde puedo conseguir una copia digital? Me encantaría leerlo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La función de la crítica, de Terry Eagleton

El dinosaurio anotado, de Lauro Zavala