Wyndham Lewis, un artista total (de verdad)

Mientras pensaba en los excesos mediáticos que hemos vivido a cuenta del cierre de un restaurante, por muy bulli-cioso que fuera, me llegó, gracias a la generosidad de la Fundación Juan March en Madrid, la invitación para asistir a la muestra que dedica al artista británico Wyndham Lewis, fundador del vorticismo, único movimiento de vanguardia que se originó en el Reino Unido.
Wyndham Lewis (1882-1957) fue escritor, poeta, autor teatral, promotor de revistas contraculturales avant la lettre y un pintor inclasificable y genial, un retratista de excepción que, en mi opinión, prefigura la obra posterior de artistas como Bacon.
Marginado en su país por sus coqueteos con el nazismo y por su violencia verbal como escritor satírico, repartió tanta estopa que es la primera vez que se expone una retrospectiva de su obra y se hace en Madrid, donde fue copista en el Prado a comienzos del siglo XX. Antes de morir, la Tate ofreció otra exposición, pero su tendencia a la exageración cerró cualquier posibilidad de reconciliación británica con su obra, según explicaron durante la presentación los responsables del catálogo, el más completo realizado hasta la fecha por cierto, y que pongo a vuestra disposición.
Lo cierto es que Lewis, miembro outsider del círculo de Bloomsbury, fue por sus estudios en Francia y en España, un artista más europeo que británico, un rara avis para muchos que nunca terminó de integrarse en los círculos artísticos de su país. La exposición incluye dibujos -maravillosos-, pinturas, muchas de sus publicaciones y un programa de conferencias y conciertos relacionados con su época.
Estará abierta hasta el 16 de mayo.
En la imagen, retrato de T. S. Eliot (1938) / Cortesía Fundación Juan March

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