Más despistados que Eduard Punset con un programa en Telecinco

La tertulia que organizan Millán Berzosa, Bárbara Yuste y otros periodistas, fue de nuevo un éxito de participación y ponentes, aunque el formato de seis personas en la mesa perjudicó un poco la habitual agilidad del debate. Público e invitados fueron sinceros y la tertulia estuvo caldeada -que no cálida-, y a ratos hasta profunda.
Participaron Francisco Sierra, director de contenidos multimedia del Grupo Antena 3; Ana Bueno, directora de contenidos multiplataforma de Telecinco; Mari Cruz Llamazares, consejera en RTVE; José Luis Muñiz, asesor del consejo de administración de RTVE; Alfredo Peña, director multimedia de La Sexta; y Alberto Goytre, director de VNews.
Tras los discursos iniciales cierto velo de perplejidad se instaló en la tertulia a medida que chocaban los discursos de ponentes y público. Porque los invitados habían venido a hablar de televisión y el periodismo les sonaba raro -más a unos que a otro-, y los asistentes reclamaban, puesto que son un medio de comunicación, que hablaran de apuestas informativas.
El negocio y la ingenuidad no hacen buenas migas, pero ofrecen buenos momentos para el debate. Así que en la misma semana en la que cerraron dos proyectos en Internet -Nikodemo y Balzac-, un canal público -EsMadrid- y le dieron el Príncipe de Asturias a Zygmunt Bauman, el debate estuvo tan líquido como perplejo.
Sin embargo, las conclusiones fueron sólidas. Primero, que a Telecinco le incomoda mucho Internet, un canal de promoción con una sola dirección, de la cadena al espectador. Ana Bueno, que se llevó todos los palos por la actitud de la cadena amiga en materia de derechos de autor, reconoció que es un canal de promoción y poco más. Escuchan al espectador, sí; se inspiran en el espectador, también; pero su participación es estrictamente regulada y monetizada.
La Sexta, por su parte, es una cadena nacida ya en la era de las Redes Sociales y entienden mejor su función y sus posibilidades. Fue la noche de Eurovisión y nadie se acordó de Rodolfo Chiquilicuatre, representante español en 2008 en el festival, y un producto nacido en, para, sobre y según Internet desde La Sexta. Alfredo Peña habló de “fidelización antes que audiencia”, así que están más cerca de Internet que sus competidores.
RTVE, la “Casa” por excelencia que será “la Corporación” en 2011, estuvo tan institucional que hacían el silencio a su alrededor. No diría yo mesiánicos, pero sí convencidos: saben que pueden ser la BBC y han empezado a creerlo. Ni Muñiz ni Llamazares dijeron nada fuera del guión, pero dejaron indicios de que no saben aún cuál va a ser la estrategia de la Casa respecto a su fabuloso archivo.
Alberto Goytre de VNews primero, y Jaime Estévez de Agoranews -al que arrancaron de su plácida retransmisión del acto-, se acordaron de Nikodemo y Balzac. Goytre planteó uno de los grandes problemas de Internet: la falta de herramientas de medición consensuadas por anunciantes y medios. También reclamó que, con Internet, las cifras son para “entender patrones y no audiencias”.
Para Antena 3 lo más importante es ser los primeros. En mensajes y aplicaciones para móvil, en Facebook, en transmisiones en directo desde la web, en… Regulaciones de empleo, convenio colectivo y hasta una huelga, añado yo. Francisco Sierra, que lleva tanto tiempo en la cadena que ha sobrevivido a la caspa del late night de Juanjo Menéndez, la italianización que intentó el grupo Zeta y aguantará la feroz publicidad a la vez de sus tres canales de TDT, acaparó buena parte del debate y fue recriminado -de buen rollo- por ello.
Se habló poco de Google TV: a Telecinco no le gusta nada, Antena 3 será la primera y La Sexta y RTVE están pensando, aunque por distintas razones. La TDT tiene problemas de definición legal y por los descodificadores que no son interactivos. En cuanto a la apuesta informativa, Telecinco no tiene -será cosa de Cuatro-; Antena 3 reconoce que van por detrás de los diarios, y eso que fueron los primeros en infotainment; y en RTVE es un mandato legal, aunque de las prejubilaciones no se dijo nada.
Con una pregunta sobre el empleo y la precarización de los contratos, que obtuvo respuestas confusas de los ponentes, se cerró el debate. Nada se habló de los costes de producción en Internet, mucho más bajos, ni de alta definición.
Al salir, les pregunté a mis hijas qué les había parecido. Me miraron desde el país multicolor de sus doce años y contestaron: “Tenían todos unos móviles táctiles muy chulos”, dijo una. “Y había un iPhone rosa”, remachó la otra. Para mí que los espectadores del futuro lo tienen muy claro.
Y felicidades -con la boca pequeña ;-)- a Alfonso Piñeiro, corresponsal en la calle Velázquez por ser el mejor cronista del C & P, de momento.

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