Deporte y ocio, de Norbert Elias (2)

Si bien coincido en que “[...] el deporte es uno de los grandes inventos sociales que los seres humanos han hecho sin haberlo planeado.” no comparto el silencio de Elias y Dunning acerca de su dimensión económica y de lo que eso provoca; por ejemplo en la actitud o la cobertura de los medios de comunicación en función de la posesión de los derechos de emisión de partidos por un grupo u otro. Es verdad que este fenómeno ha empezado ha producirse diez años después de la publicación de estos ensayos, pero las características básicas se encontraban ya a la vista en los grandes deportes profesionales de Estados Unidos: el béisbol desde los 30, el fútbol -americano- desde los 50 y el baloncesto desde los 70.
A lo mejor soy muy soberbio, pero en más de un momento he tenido la impresión de que ambos autores no querían esforzarse más allá de su planteamiento inicial, manteniendo un rigor académico muy poco imaginativo y, desde luego, reductor. Así, en el análisis de la caza del zorro, riguroso y original, ni siquiera se molestan en mencionar las corridas de toros, que a mi juicio representan un problema sociológico muy interesante. Por cierto, que a propósito del placer que obtienen los cazadores en la persecución del zorro, que es mayor que el producido por su captura, a mí se ocurre que puede haber una relación entre la caza y el Tao, cuyas prescripciones abogan por obtener el placer sexual más completo en el acto en sí y no en su culminación.
En el quinto ensayo, El fútbol popular en Gran Bretaña durante la Edad Media y a principios de la Edad Moderna, apuntan la existencia de juegos reglados como origen, pero no mencionan los juegos infantiles que también tienen reglas estrictas y cuyos incumplimientos se pagan. Parece haber una necesidad humana de juegos reglados aunque reconozco que no sé si este extremo es más psicológico o antropológico y por eso Elias no lo menciona.
A la hora de juzgar la trascendencia que la sociedad le da a los acontecimientos deportivos, no voy a olvidar que "[...] las presiones y controles recíprocos que operan en las sociedades urbanas industrializadas se repiten generalmente en la esfera del deporte. [...] los deportistas del más alto nivel no pueden ser independientes y jugar sólo por diversión, sino que se ven obligados a una participación deportiva seria y dirigida a lo otro." Aunque no pienso dejar de lamentar el exceso de tiempo y dinero empleados en estos espectáculos y que la sociedad haya empezado a considerar el deporte como una religión.
El libro se cierra con los ensayos dedicados a la violencia, estableciendo una tipología de la violencia humana sobre la que tengo que reflexionar más en profundidad. Elias explica el gradual enfriamiento de la tendencia a obtener placer por atacar, un declive en el anhelo de atacar. Sin embargo, la violencia política en las sociedades occidentales es mayor, aunque parezca sólo verbal y fruto de los excesos de las campañas electorales. En cualquier caso, insisto, yo diría que hay más hipocresía: un mayor anhelo de ocultar y esconder la realidad con muros de palabras. En cuanto a la violencia de los espectadores en los partidos de fútbol, Elias y Dunning establecen una tipología de factores más descriptiva que profunda y, desde luego, muy coyuntural: “Entre los factores que han contribuido a configurar el fenómeno de la violencia en el fútbol desde fines de los años cincuenta se hallan: los cambios estructurales ocurridos en los sectores "rudo" y "respetable" de la clase obrera y en las relaciones entre ellos; el aumento de un mercado del ocio específicamente juvenil; la posibilidad y el deseo cada vez mayores entre los jóvenes de viajar de forma regular para asistir a los partidos de fútbol; los cambios en la estructura del juego mismo; los esfuerzos concretos de las autoridades futbolísticas para tratar de reprimir la violencia de este fenómeno y, sobre todo, la intervención del gobierno central en este proceso; los cambios habidos en los medios de comunicación de masas, en especial la llegada de la televisión y el nacimiento de la prensa "tabloide", con su especial manera de entender cuáles son las "noticias valiosas", un concepto basado en la competencia y orientado hacia lo comercial, y, por último, el reciente derrumbe casi absoluto del mercado de trabajo para los jóvenes.”
El último ensayo, El deporte como coto masculino: notas sobre las fuentes sociales de la identidad masculina y sus transformaciones, se ha quedado totalmente desfasado ante el imparable avance de las mujeres aficionadas, practicantes y asistentes a los deportes de masas y a fenómenos de participación y establecimiento de nuevos grupos sociales como el de las soccer moms.

Technorati:

Comentarios

Entradas populares de este blog

El vertedero, de Djuna Barnes

La función de la crítica, de Terry Eagleton

El dinosaurio anotado, de Lauro Zavala