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Mostrando entradas de agosto, 2009

Vivir la televisión, de Juan José Mardones

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Los españoles se prodigan poco a la hora de escribir memorias y autobiografías, supongo yo que más por ignorancia literaria que por un pudor secular de hidalgo. El interés que unas memorias suscitan es proporcional a la vida, a la profesión de quien las escribe, a quién le ajusta las cuentas, o al momento o lugar que retratan, por lo que suele ser difícil encontrarlas apasionantes, salvo que uno sea Josep Pla o Santiago Carrillo , por poner dos ejemplos que recuerdo haber leído. Así que he leído estas voluntariosas memorias de Juan José Mardones atraído por su carácter de bien situado testigo de una etapa en la televisión pública que me es especialmente querida. Mardones fue empleado de la casa desde los 1960 hasta el año pasado, cuando una decisión política liquidó a la generación de profesionales que construyó RTVE . Una decisión muy poco contestada, absurda y que resulta incomprensible si no es desde la suspicacia: todos tenían interés en la desaparición de un buen montón de testig

Blankets, de Craig Thompson

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No es fácil describir la intolerancia religiosa desde dentro, desde quien la padece y la acepta, sin atender a sus manifestaciones exteriores. En El encuentro de Descartes con Pascal joven , la obra de Brisville que tan bien interpretan Josep Maria Flotats y Albert Triola -cuánto quiere Madrid a los actores catalanes, por cierto-, la intolerancia y el fanatismo saltan del escenario con facilidad y su lenguaje y sus efectos aparecen sin mayor reflexión y sin matices, colocando a los espectadores con facilidad del lado contrario. Sin embargo, el daño y el dolor que las religiones provocan, la huella que dejan no es fácil de mostrar: sólo un creyente es capaz de hacerlo. Y naturalmente, para ello tendrá que liberarse de sus creencias y tener el valor y el talento necesarios para hacerlo. Es lo que Craig Thompson ha hecho en esta sensible, dulce y excelente novela gráfica en la que narra su infancia y su primer amor desde la perspectiva del cristianismo fundamentalista del medio oeste est

Nuestro lado oscuro, de Élisabeth Roudinesco

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Pocas veces recordamos cuándo hemos escuchado una palabra por primera vez. Sólo algunas palabras extrañas -hace sólo unos días aprendí lo que es un acápite - y normalmente asociadas con recuerdos de confusiones infantiles. No recordamos cuándo escuchamos casa o tierra por primera vez, aunque el vídeo haya llegado para hurtar nuestros olvidos y nos muestre cuándo dijimos nuestras primeras palabras. Pero ése es otro problema. Recuerdo bien , no obstante, cuándo oí por primera vez la palabra 'perverso' y supe de su significado, asociado desde entonces a la imagen, algo encorvada, siempre inquietante y sombría de Peter Lorre en M, el vampiro de Düsseldorf . Lo recuerdo porque la vi en aquella sorprendente televisión de 1960 en la que se emitían con subtítulos películas como esa y pregunté qué era aquello de perverso. No sé qué voluntariosa definición me darían, pero la palabra me ha perseguido desde entonces. Para bien, claro. Esta sociedad es más perversa en cierto modo que los p

Windy habla, de Lars Gustafsson

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No hay más que ir un poco más allá del sueco habitual en los últimos meses para encontrar otros escritores nórdicos con algo más que decir. Puestos a escoger, se puede empezar con Lars Gustaffson y este inquietante y mágico relato de una sola voz titulado Windy habla . Es otra novela breve, de esas que sólo el ojo aparentemente descuidado de un lector que pasea por las estanterías es capaz de encontrar. Si a eso se añade que está editado por una buena editorial de ensayo, poco dada a los experimentos cuando hace incursiones en el campo de la ficción, la bondad del libro está (casi) asegurada. Windy es una peluquera que vive en una caravana con sus dos hijas gemelas en una ciudad de Texas. Mientras corta el pelo a un catedrático de una cercana universidad, le explica su vida hasta ese momento, la de algunos de los personajes principales de la ciudad que han pasado por sus tijeras y un poco también de la filosofía que la mantiene con vida. Nada más que un insólito, bien ejecutado y mod

El Rastreador, de Jiró Taniguchi

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No sé porqué, este verano está siendo muy de descubrir o de hacer cosas por primera vez. ¿Será que me acerco a los 50 y estoy re-naciendo? Por ejemplo, además de la pila habitual de papeles impresos y encuadernados pendiente se han unido al menos cuatro o cinco títulos digitales. No pdfs ni docs, no, auténticos libros digitales que no existen en otro formato y que me interesan. Pero de eso ya hablaremos otro día. Hoy toca repetir con un autor al que sigo de cerca desde hace tiempo, con una novela gráfica un poco más floja que las anteriores, más policíaca y menos poética, aunque mantiene el trazo firme y el ritmo denso de sus libros anteriores. El Rastreador tiene, además, la particularidad de haber sido editado a la japonesa. Aunque está en castellano, hay que leerlo de atrás adelante y de derecha a izquierda, lo que convierte la lectura en una experiencia ciertamente singular. Reconozco que me costó -tal vez unas mínimas instrucciones de uso serían deseables- al principio, pero desp

El ferrocarril de Ujo-Taruelo a Collanzo, de Eduardo Fernández

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Este libro me plantea más preguntas que respuestas, por varias razones. La primera, porque está escrito por mi hermano, lo que distorsiona el juicio que de él pueda tener. La segunda es mi propia participación en su desarrollo, ya que he colaborado en su edición y corrección. La tercera, y tal vez la más importante, es su temática, su alta especialización. Esto no es una novela ni un libro de historia, aunque tenga un poco de cada. El ferrocarril... está escrito para conmemorar el 75º aniversario de la presencia en el valle del Aller (Asturias) de las líneas ferroviarias de vía métrica de la compañía Vasco-Asturiano primero y de FEVE después. Desde su génesis en forma de planos topógraficos hasta su inauguración y el uso ciudadano de una línea que recorre este valle, pero sobre todo recorre la historia y la vida de muchos asturianos. Al margen de su historia como medio de comunicación, de su implicación en la política -nacional o local-, o de su importancia económica, estas líneas

Enredadas, de Elisabeth G. Iborra

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Cuando todos los años se hace pública la cifra de libros editados en España -los famosos 60.000 más o menos- los lectores nos quedamos con cara de tontos, pensando en cuántas maravillas nos perderemos. Tirando por lo bajo, me salen 20 o 30 libros anuales que se me van a escapar y la proporción de todos los libros que no podré leer, desde que el tío Gutenberg inventó el kindle analógico, es geométrica. Se cuenta que tras sus campañas triunfales, los césares recorrían Roma con un esclavo a la espalda que les decía: "recuerda que eres mortal". Pues bien, cada vez que ves un libro en una biblioteca, en la librería o en algún suplemento, el ISBN te susurra: "recuerda que nunca podrás leerlos todos". Además, por cada libro bueno, hay también 500 poco afortunados. Así que, como mi economía de la atención es muy valiosa, y la vuestra más, no me entretendré mucho con esta guía, más simpática y voluntariosa que verdaderamente útil, sobre cómo disfrutan las chicas a través

Feliz aniversario, Marvel

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Nunca he sido muy de superhéroes, pero tuve mi "etapa marvel" claro está, cuando existían la Patrulla X, Dan Defensor o La Masa. Nunca me identifiqué mucho con ellos, así que hoy sus clones en inglés -X-Men, Dare Devil y Hulk- tampoco me dicen nada. Tuve debilidad por este Capitán Marvel , un extraterrestre perplejo enviado a la Tierra para destruirnos, pero que siempre terminaba por salvarnos y metido en un consejo de guerra por sus congéneres. También disfruté mucho con Spiderman , con sus problemas de adolescente inadaptado y sus poderes exóticos. Era como un diablo cojuelo del siglo XX, capaz de ver la ciudad desde sus entrañas y hoy me apena que fuese un buen personaje literario, pero entontecido y desperdiciado para usarlo en productos de masas sin alma. Hoy Marvel celebra sus primeros 70 años de vida como editorial con muchos actos en las librerías de cómics de Estados Unidos. Enhorabuena. Sin Marvel, el mundo del cómic no sería el que es. Technorati: comic books

El control de la palabra, de André Schiffrin

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Cada vez me gusta más el mundo de la edición y de los editores, sobre todo de los llamados independientes, los que no son enormes conglomerados de varias empresas de comunicación, llenos de sinergias y frialdad. Schiffrin, es uno de estos, hijo del fundador de la colección La Pleiade y editor de The New Press y un analista fino y preciso a la hora de explicar los peligros y las consecuencias de los movimientos de concentración que han vivido las editoriales en Francia, en Estados Unidos y en el Reino Unido. El control de la palabra , verdadero aviso de lo que puede suceder si desaparecen los pequeños editores y los pequeños libreros, es un libro que se echa en falta en España, donde la edición es un mundo plácido y silencioso que jamás -más allá de unas quejas genéricas- manifiesta nada. De puertas afuera, no hay cifras, no hay análisis, no hay la más mínima reflexión, como si la sociedad -nosotros, los lectores- no tuviese derecho a saber cómo está el sector. Así que hay que confor

Metafísica de los tubos y Estupor y temblores, de Amélie Nothomb

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Por algún sitio empiezo el repaso por las muchas lecturas de estas últimas semanas. En este caso, las dos novelitas de esta escritora belga, lúcida y divertida, por cierto muy bien traducida por Sergi Pámies . La ficción de Amélie Nothomb se alimenta desde que comenzó su carrera de los años de infancia y juventud que pasó en Japón, donde su padre estaba destinado como diplomático. Así que a la hora de escoger, en cierto modo da igual qué texto se escoja: todos muestran, sin rencores y con un punto de acidez, las muchas diferencias que existen entre Japón y Occidente, siempre desde la admiración de una niña y su deslumbramiento inicial al descubrir la clase de mundo en la que vivía. En Metafísica de los tubos , Nothomb se centra en los primeros años de su vida, en su creencia -alimentada por la adoración sin límites de su aya japonesa- de ser un dios y en sus jugueteos con la muerte y otras obsesiones que se descubrirán a lo largo de las demás novelas. Porque ese es el astuto juego qu

ÉTA, DÉJANOS EN PAZ

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