Fotografías de los Juegos Olímpicos
Una de las mejores fotografías de los Juegos Olímpicos de Atenas no recoge a ningún atleta ni refleja una competición. Es una imagen de un espectador, la acreditación al cuello, con las cintas atiborradas de pequeñas insignias, con el gesto profundamente aburrido y displicente. Es la imagen del tedio, del hastío, con los ojos ocultos tras unas gafas de sol. Sus piernas, en un gesto de mala educación, traspasan su fila y vienen a posarse como las de una cigarra sobre el asiento delantero mientras los pies reposan en los brazos de la butaca, como asegurándose de que nadie venga a turbar su comodidad. A su lado, una mujer se entusiasma con el desarrollo de la competición, con un gesto natural, de goce por el espectáculo. Ambos tienen nombre y apellidos. Son Jaime de Marichalar, consorte de una infanta y duque, y Elena de Borbón, su esposa. Y este es la imagen que me gustaría leer comentada a Millás en El País . Otra imagen de esta semana basa su magia en el texto que la acompaña y en los ...