He vuelto. Ha sido leer la nota de prensa que me han mandado de la editorial El Viejo Topo y empezar a sentir algo especial... Casi los veo. Metidos en una caja de cartón de botellas de soberano, 30, 40 o más, ejemplares atrasados de la revista. Algunos recortados, otros subrayados, todos leídos, alguno discutido. En el sótano, en viriato. Unidos sin remedio al olor a polvo y cerrado. ¿Dónde estarán ahora? El viejo topo es una publicación que ha malvivido durante muchos años de relanzamientos, de buenas ideas y malas economías, como otras que modelaron (sí, y qué pasa) y expandieron el pensamiento de muchos que no quieren reconocerse en aquellos modelos. Joder. Bueno, que vuelven con una nueva página web. Ellos dicen que dedicados a las ciencias sociales, subiendo poco a poco muchos de los artículos de sus anteriores números, publicando textos de carácter político, con los inconvenientes e incomprensiones que esto genera. No sé cómo estoy ahora recibir sus boletines, dos veces al mes.