Tengo debilidad por Javier Marías , aunque jamás he leído ninguna de sus novelas, ni creo que lo haga. Pero le debo algunas cosas a través de sus artículos semanales, primero en la que fue mi casa y, ahora en El País. Marías me descubrió a Thomas Bernhard, por ejemplo. Habitante del centro de Madrid, como yo lo fui varios años, no ha dejado nunca de quejarse, y con razón, de la tortura periódica, ruidosa e infame que los católicos nos hacen sufrir con sus estatuarias manifestaciones anuales, a las que ellos llaman procesiones. El ruido, la degradación de Madrid, la estulticia de sus próceres, la mala educación de muchos de sus habitantes, son habitualmente objeto de sus artículos y rara vez no coincidimos en el análisis. Pues bien, ahora resulta que la Asociación de Víctimas del Terrorismo, AVT, le va a poner una querella por un artículo publicado el domingo pasado . Un texto en el que diferenciaba claramente entre energúmenos, víctimas del terrorismo y la actitud de su actual preside...