Mercedes Baztán, amiga, compañera y colega
Aún no me puedo creer que ya no esté, que se haya marchado tan de repente. Marcedes Baztán Segura , mi amiga, mi compañera, mi colega de muchos años en la edad de oro de las revistas dominicales ha fallecido hace unas horas. Y hablar de ella en pasado me parece imposible. Mercedes formaba parte de esa inmensa legión de profesionales de los medios que sólo los compañeros y colegas recuerdan. Aprendí a su lado, aprendí de ella y con ella buena parte de lo que este oficio me ha dado, personal y profesionalmente. Jamás la escuché una mala palabra sobre nadie, lo que no significa que no fuese implacable y lúcida en sus críticas. Compartió conmigo su obsesión por el trabajo bien hecho y el respeto por los lectores. Me descubrió Navarra y soportó con amabilidad mis defectos. No recuerdo haber discutido nunca con ella, y mira que discrepábamos en muchas cosas, pero siempre respetamos nuestras creencias, sin banderías ni exclusiones. Me enseñó a buscar lo que une y no lo que separa a las per