Elogio de la irreligión, de John Allen Paulos

Ayer, mientras terminaba de recoger las citas que más me interesaron de este sencillo, excelente y útil manual de ateísmo para quienes se inician en el proceloso arte de quitarse de en medio a los propagandistas religiosos, leí esta divertida frase "Dios me hizo ateo. ¿Quién eres tú para cuestionar su sabiduría?"; un poco en la línea del clásico "ateo gracias a dios" de Luis Buñuel. Porque al final, creer o no creer es una cuestión personal y frente al constante proselitismo del otro lado, no hay más remedio que seguir escribiendo, diciendo y explicando lo obvio. Con el respeto debido a las personas, por supuesto, pero también con la contundencia de los hechos y el pensamiento. Es posible que la arquitectura mental de los humanos no esté hecha para asumir con facilidad que somos fruto del azar y que de nuestro paso por la Tierra, apenas si dejaremos más allá de unas moléculas de carbono, agua y algunos minerales. Aunque a los que escribimos nos guste pensar que po...