Para español, pulse 2 de Sara Cordón
Pocas veces se tiene la
oportunidad de leer una ficción autobiográfica, una autoficción, de alguien con
quien has tenido trato, con una compañera de trabajo de varios meses que, además
retrata ese trabajo y algunas de las personas que han transitado por él. No
digo conocer, por que podría resultar ampuloso y no sería cierto, dejémoslo en un
trato amistoso, de respeto y aprecio.
Aunque a ratos es un poco
batiburrillo de escenas, y la propia ficción de leer el texto a sus compañeros lo
deja bien claro, este libro es su proyecto para justificar las becas obtenidas,
y la razón última de su estancia americana. Por ello se me hace difícil separar
la Sara compañera de trabajo de la Sara personaje y eso hace que me sorprenda a
ratos y no termine de entrar en su mundo por donde me quiere llevar.
Creo que, a diferencia de
lo que la profesora Selma dice en un momento dado sobre esta metaficción, Sara
no se ha inspirado en La novela luminosa de Levrero. No porque “no tomarás el
nombre de Levrero en mano” -bueno, un poco sí-, sino porque la veo más cerca de
La colmena de Cela. El peso del castellano, de ese español colonizador y casi
asfixiante, el que ahora reivindican los banderaheridos, acerca a la autora más
a Cela que a Levrero.
Me han gustado los diálogos
entre los diferentes alumnos, agrupados por rivalidades de dos siglos y un
enemigo común, que van más allá de la nota de color y explican dónde puede
estar el futuro de la lengua y la literatura. Es un libro valeroso y esforzado,
aunque hecho en falta un poco más de riesgo en la forma y de maldad en los
retratos. La Sara persona es demasiado buena para hacer sangre y también lo bastante
inteligente para saber que no puedes publicar tu primera novela como un Cosmópolis
de Don de Lillo.
¿Recomendable? Sí, por
supuesto. No es que el Nueva York de las ratas, las tormentas y los apagones sea
algo nuevo, pero sí lo es la mirada sobre la hispanidad lingüística, algo perdida
en sus raíces y aparentemente indefensa ante el inglés.
Adelanto de la novela en la revista Eñe
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