Los silencios del doctor Murke

No suelo leer ficción; para que un título llame mi atención y consiga eludir mis prejuicios tiene que tener algo. En realidad, el proceso, o los procesos que me llevan a elegir un libro son a veces tan apasionantes como la propia lectura. Pero ese no es el objeto de este post, oh desconocido lector que acechas ante la pantalla, aunque si explica por qué lo elegí.
Hace un par de días, merodeaba por casa con angustia sin saber qué leer, cuando mi Bea imprescindible me sugirió Los silencios del doctor Murke, del premio Nobel Heinrich Böll. Lo cogí con desgana, aunque fuera sugerido por una de las pocas personas valerosas capaces de recomendarme un libro.
Y su lectura ha sido un placer. Breve y muy divertido, estos silencios de Böll son cinco relatos –sátiras los llama él- transgresores y muy avanzados, con el trasfondo de una Alemania recién salida de la guerra. Todos pintan ante nuestros ojos personajes y paisajes con precisión cinematográfica, pero al tiempo con sencillez, sin una palabra demás.
Las situaciones son tan divertidas como lúcidas, con una comprensión por el ser humano compasiva y cariñosa. Así somos, nos dice, no nos toméis en serio. No voy a recorrerlos porque de reseñas vacuas están las babelias llenas. No son más de 155 páginas y generosa tipografía. Está en Alianza bolsillo.

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