Vientres de alquiler: y la honra se hizo genética




El burgués ve en su mujer un mero instrumento de producción.
C. Marx, 1848


A propósito de los vientres de alquiler se me ocurren un par de reflexiones y una conclusión, sin entrar en demasiada filosofía, que también la hay.

Primero, que tal vez este asunto de los vientres de alquiler, como sucede con el aborto, debería dejarse en manos de las mujeres, exclusivamente. No entiendo qué pintamos los hombres en un asunto que concierne a SU cuerpo y a sí mismas. No creo que necesiten de ningún experto a la hora de redactar o debatir alguna ley. Expertas en leyes, en biología y en lo que sea hay mujeres de sobra, así que, por mí: fuera los hombres de los debates que afectan exclusivamente a las mujeres.

Segundo, no hay altruismo ni subrogación ni matracas: es alquilar una parte concreta del cuerpo femenino por razones exclusivamente económicas. El discurso que ahora comienza a extenderse está lleno de grandes palabras que incluyen la sempiterna “libertad”, cuando no existe si te ves obligada a ceder el útero por dinero para que otra mujer (y sobre todo, un hombre) tengan un heredero legítimo.

Porque de eso se trata. La burguesía ha encontrado en los vientres de alquiler una forma de volver a controlar el cuerpo de las mujeres y evitar la “contaminación” de sus genes. Con la adopción te pueden “colar” cualquier cosa, como mínimo un pobre, o alguien de otra etnia. Alquilando un útero la burguesía se asegura la “pureza racial”. Quizás no sea importante para las mujeres empeñadas en esa maternidad vicaria, pero sí lo es para sus maridos. Como la virginidad se ha convertido en una antigualla, ahora la honra (masculina, como siempre) solo puede ser genética al cien por cien.

En conclusión, ahora el capital no tiene bastante con comprar la fuerza de trabajo o el talento, sino que quiere también -literalmente- los cuerpos de los trabajadores. Después de los úteros, lo próximo será alquilar las áreas de nuestros cuerpos que admitan el crecimiento, subrogado naturalmente, de hígados o riñones compatibles creados a partir de células totipotentes.

Hasta el viejo tío Carlos se hubiera sentido asqueado de la falta de escrúpulos de la burguesía a la hora de explotar a las clases trabajadoras. Por no hablar de Mefistófeles, que en lugar de enredarse comprando almas, podría haber optado por partes más concretas, tangibles y seguras.

Informe elaborado por la Iglesia Católica sobre este asunto.
Este texto se publica también en Medium

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