Y adiós
A tí. Hace mucho tiempo que no eres más que un nombre repetido en los extractos del banco, un nombre asociado a tan pocos recuerdos que se han terminado por difuminar. No he sabido nunca quién eres desde que te ví por primera vez en los últimos días del mes de octubre de 1986. No es un reproche, solo un hecho y los años transcurridos han terminado por borrarlo todo. Si no puedo reconocerme en mis propios recuerdos, como para reconocer a otras. Los hechos objetivos existen, están documentados, pero son palimpsestos en los que se ha escrito tanto encima que no queda nada del escrito original. Son huellas en un camino muy transitado: han pasado tantos pies por encima, que no queda ni rastro de la impresión que los primeros caminantes dejaron. No te deseo nada, bueno o malo, para el presente o el futuro. No tengo nada que decirte o que quiera decirte. Solo escucho el silencio, algo que no hacía desde que tenía 18 años y me dio por el yoga. Hace mucho tiempo, la hija de una pareja con la qu