Coincidencia

Casi al mismo tiempo que se ha producido el anuncio por parte del ministro José Montilla de que el ‘apagón analógico’, es decir, la desaparición de la transmisión televisiva por los medios de ahora a otros digitales, prevista para 2010, ha circulado un interesante informe de una consultora (lamento no recordarla) sobre la televisión privada y su rentabilidad desde 1989. Y el resultado es desolador. No han recuperado aún de la inversión más allá de un 30 por ciento. Y hace 15 años de eso. Cuando me decidí a terminar la carrera asistí en 1988 a un interesante seminario económico sobre televisión. Por esas fechas, con el segundo Gobierno de González en el trance de conceder las necesarias licencias para emitir, el panorama audiovisual ardía entre autonomías, empresarios y periodistas. La mayoría de los analistas alli presentes, y sobre todo el siempre lúcido Manuel Martín Ferrand, coincidían en que no había espacio para más de dos cadenas privadas en términos de rentabilidad. Se entiende que económica, porque de la rentabilidad política no conozco estudios precisos. Entonces se concedieron tres licencias privadas, una de ellas de pago, y así estamos ahora. Antes de 2010 habrá más licencias digitales, más televisiones públicas, más locales, más de todo.

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