El silencio

Hoy, la silla vacía de una compañera de trabajo de 23 años que no quería coger el tren de las 7,30 esta mañana en Alcalá porque el año pasado se durmió y perdió ese tren y salvó la vida como otros la perdieron, sólo por azar; esa silla vacía, digo, es la imagen más conmovedora que he visto a cuenta del 11 de marzo. No necesito ver trenes despanzurrados para saber qué día es hoy. A veces el periodismo, ese negocio, apesta.

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