Respeto, nada más

Según Federico Jiménez Losantos, mamporrero de Pedro José Ramírez y modelo del periodismo que se practica hoy en día, soy basura y un horror porque el pasado domingo volví a votar a ganador, 26 años después de las únicas elecciones en las que he podido cantar oé, oé, oé. Lo que no quiere decir, ni entonces ni ahora, que lo haya hecho, pero creo que merezco algún respeto. Respeto. Otra de esas mágicas palabras como la responsabilidad, ya comentada, con doble significado según el lado, o mejor dicho, la altura, en que estés situado. Por cierto, que no se pierda el inteligente comentario de mi buena amiga Malena a ese texto sobre la responsabilidad.
Pero a lo que vamos: me he pasado cuatro años oyendo que los electores son idiotas por -supuestamente- cambiar su voto el 14 de marzo de 2004, cuando no sólo no hay pruebas de semejante cambio, sino todo lo contrario, avaladas por varios estudios sociológicos de verdad, por ejemplo en este de 2005:
[...]pese a los antecedentes y al contexto que rodeó su celebración, las elecciones de 2004 no fueron —desde el punto de vista del sistema de partidos resultante— unas elecciones excepcionales, sino de continuidad respecto de las del tercer período electoral [...]
que puede consultarse aqui y es muy interesante.
Así que no sé si tengo ganas de pasarme otros cuatro años oyendo chorradas sin defenderme. Ya sé que no vale la pena, pero la verdad, qué difícil es no entrar al trapo y, por ejemplo, dejar claro qué clase de personas son los otros votantes. Sin matices, con el mismo ingenio periodístico que usa el empleado de los obispos.

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