La crisis del periodismo (II)
Sé que va a resultar un poco árido, pero ayer, mientras tomaba algunas notas para estructurar un poco este asunto, o mejor dicho, mi opinión sobre este asunto, no pude menos que pensar que se trataba de un viaje. Un viaje pesado y probablemente incómodo, pero que al final habrá merecido la pena. Más para mi, claro, que soy quien pone en limpio, como en una azotea del sur, las sábanas del pensamiento para que se oreen y luzcan al sol. Puede que nadie vea las mías, pero es seguro que su reflejo se une al de muchas otras sábanas y trapos tendidos; a ver si así deslumbramos a los todavía no apagados faros de occidente que son los periódicos de hoy día.
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