Parques temáticos ruinosos

El previsible fracaso económico del parque temático Terra Mítica en Benidorm no es más que una prueba de que hacer política con el ocio de los consumidores -en lugar de con los servicios públicos y hago mío el «menos bodas reales y más obras sociales»- es bastante absurdo. (También es síntoma de que los emblemas mediático-electoralistas de los últimos años del Partido Popular se derrumban de una forma espectacular, pero esa es otra historia.) Los parques temáticos, la diversión en grandes complejos de atracciones de feria agrupadas con motivos cinematográficos, no han terminado de cuajar en España. Si ni siquiera Eurodisney va bien, que la Warner madrileña o Port Aventura tuvieran sus finanzas bien saneadas era un sueño. Asi que era cuestión de tiempo que empezaran a echar humo. No sé cómo andarán por otros pagos europeos, pero me da que sólo los parques de Lego, tan pequeños y monótonos como una galleta de mantequilla danesa y deliciosos en
cualquier caso, andan bien de finanzas y que los megacomplejos del tío Walter, la tía Universal y mi primo Anheim-Busch sólo se aprecian en Estados Unidos y Japón. Es la excepción cultural que tanto irrita a los Aznar y Zaplana.

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