Juego de opiniones

Hoy he sabido de la incorporación a este extraño mundo de la impudicia electrónica de un buen amigo. Tal vez sea capaz de explicarme si la constancia para escribir en estos sitios es pareja a la de tener pensamientos reflexivos de entidad o éstos se presuponen, y sólo entonces su expresión por escrito o bitacoreado les da carta de naturaleza y capacidad para generar un debate, aunque sea con uno mismo.
¿Tiene la realidad tanto interés como para generar un pensamiento aparte, una mirada desde la esquina? ¿O no será más que la expresión desesperada de los incorregibles, de los dinosaurios individualistas que aceptamos las reglas del juego pero estamos incómodos en esta piel?

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